Hoy voy a contar el día en el que me dio por cortarme el pelo. Tenía yo 6 años y me encontraba en el camping al que iba todos los veranos. Tenía una cuadrilla (muy numerosa) pero mi compañera de travesuras era Leire. Juntas eramos lo indomable de lo indomable :] Una tarde se nos ocurrió cortarnos el pelo, ¿normal no? Bueno pues se vino a mi parcela y allí que entramos a mi caravana para ponernos manos a la obra. Afortunadamente corté poco y no se apreciaba, pero la burra de Leire; haciendo honor a ser vasca, se metió un quite que casi se podia hacer un jersey con aquel mechón rubio de pelo que tenía en la mano.
Oímos una puerta y: ¡HORROR!
¡Era mi madre! ¿Qué le deciamos?:
"Mira mamá, es que Leire tiene un caballo de juguete y se le rompió la cola y con este mechón ibamos a reponersela..." No colaría...
Cuando la vimos entrar por la puerta solo reaccionamos a esconder todo, pero mi madre nos conocía muy bien, a mi sobre todo. Y claro pasó lo que pasó...
- ¿Qué escondéis? - Lo de disimular se nos daba mal, ¿vale? -
Yo intentando salir de aquel apuro me pronuncié...
- ¿Mamá, desde cuando no barres?
¡Había funcionado! Se giró para ver su alrededor y aprovechamos para salir corriendo. No había persona/coche que nos hiciese parar, nosotras corríamos sin control en busca de un escondite. Hoy en día me digo: "¿Para que corrimos si mi madre no nos seguía?" Ver tantas pelis con persecuciones nos tenía afectadas... Gente, Disney es muy malo ;D
Os preguntaréis que pasó con el pelo de Leire, ¿no? Pues nada, su madre claramente se lo vio (mas que nada porque se notaba) y se lo cortó, pobrecita lo que lloró :/ Desde ese día buscamos mejores pasatiempos, como por ejemplo ir al final del camping donde no nos dejaban ir ^^
¡Besos de una Martínez!
No hay comentarios:
Publicar un comentario